lunes, 3 de octubre de 2011

Sigue la Corriente

Hace unos 13 años, viví la increíble experiencia de hacer "Wild Water Rafting" o "Canotaje en Ríos Rápidos". Fue en un retiro de líderes de la Iglesia Comunitaria Cristiana, que visitamos el Rancho Baigüate en Jarabacoa, República Dominicana. Parte de las actividades que nos impulsaban a aprender a trabajar en grupo y sobre todo a confiar en un grupo tu vida, incursionamos en la aventura de tomar en canoas las aguas rápidas del Río Yaque del Norte. No se preocupen, estoy buscando la foto para publicarla.

Este es un deporte bastante complicado porque es muy difícil arrepentirte y detener el curso en algún momento. Una vez comenzaste el curso... muy difícilmente hay vuelta atrás. Por otra parte, es sumamente peligroso debido a que el marco del río son montañas que pueden convertirse en el destino fatal de la canoa en la que vas.

El que ha remado con otras personas en un bote, puede dar testimonio de que es sumamente importante que hayan personas remando de ambos lados para mantener el bote navegando en línea recta. De la misma manera, en un río rápido, rodeado de rocas, con profundas caídas y una alfombra de rocas debajo, es de vital importancia que el equipo se coordine para que la canoa se mantenga navegando en el sentido correcto.

Otra clave de este deporte es que hay lugares en los cuales el grupo simplemente mete los remos a la canoa y todos bajan las cabezas, mientras que en otros lugares un grupo rema a la vez que otros hacen peso saltando para lograr que la canoa salte.

En un momento de nuestra experiencia en las aguas rápidas, uno de los integrantes de mi equipo sacó su remo en un momento en el cual debía estar dentro del bote. El resultado fue que una roca golpeó el remo y éste a su vez, golpeó a uno de nuestros amigos en la cara hiriendo su boca y nariz. Con el golpe y la sangre, se aturdió y se cayó del bote... gracias a Dios en una parte un poco más lenta del río y el líder del bote pudo agarrar a nuestro amigo por el remo. Todos tuvimos que remar contracorriente hasta atascarnos en una roca para poder hacerlo subir al bote.

¿Cuál es el punto?

La corriente de la vida tiene un sólo sentido y es que salió de Dios y vuelve a Dios. El sentido o corriente del río de la vida, no puede ser cambiado... por más que trates de manejar tu bote en una manera diferente, te darás cuenta de que vas "contra corriente" literalmente y la misma naturaleza te hará saber que estás luchando contra algo mayor que tu.

Al terminar nuestro trayecto, nos dimos cuenta de que la bote de nuestro pastor Robert Guerrero, no llegaba... Nos preocupamos, preguntamos, pero no habían respuestas... Sólo había que esperar. Después de un buen rato, llegaron y nos contaron la manera en que, por falta de coordinación, el bote se giró sepultando a uno de los integrantes. Todos buscaban a la persona perdida, sin darse cuenta de que el bote lo estaba sepultando.

En la actualidad hay muchas corrientes por las que podemos dejarnos llevar: la moda, el sexo, la aceptación de los demás, la "libertad", preferencias sexuales, tener todo lo que queremos... pero tan pronto y comenzamos a dejarnos llevar por estas corrientes, nos daremos cuenta que no navegamos con ligereza. Remar nos da trabajo y en más de una ocasión, se nos caen del bote personas del equipo... Caen por vicios, enfermedades, cansancio. En el peor de los casos, el bote girará y quedará boca abajo sepultando a todos los integrantes del equipo.

Cada uno de nosotros hemos recibido un bote y es nuestra vida... Nuestro papel no es cambiar el sentido de la corriente, sino cambiar el sentido de nuestro bote. El papel de Dios es dar inicio y mantener la intensidad y sentido de la corriente. Sin embargo, nosotros insistimos en remar contracorriente o girar nuestro bote pensando que de esa manera podremos en algún momento cambiar el sentido de la corriente de nuestra vida.

Al igual que en el rafting, la única manera de salir vivo de esta vida es SEGUIR LA CORRIENTE. Es manejar nuestro bote, nuestros remos, nuestras velocidades y trabajar junto al grupo de personas que Dios ha puesto a nuestro lado, para ajustarnos a la corriente, no cambiarla.

Una manera genial de ilustrarlo es la siguiente: Si tomas un sorbete y lo tiras a un río, te darás cuenta que al inicio éste flotará y girará sin control chocando con todo lo que esté cerca. Es lo mismo que nos sucede a nosotros cuando nos resistimos: Chocamos contra el divorcio, contra deudas, malos trabajos, vicios... y nuestra vida se ve descontrolada flotando de manera estrepitosa.

Sin embargo, llega un momento donde el sorbete se hunde un poco, deja de luchar y comienza a SEGUIR LA CORRIENTE... entonces, sucede algo magistral... la corriente comienza a fluir a través del sorbete. Jesús vivió ese tipo de vidas.

Desde el inicio, Jesús separó la primera parte de sus días para poner su alma, su espíritu y su cuerpo en sintonía con Dios para que éste fluyera a través de El. Aún en el momento más difícil de Jesús, la noche en que fue entregado, El decidió alinearse con la voluntad del Padre.

Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: "Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú." (Mateo 26:39 - NVI)

El río que llevó a Jesús hacia la cruz estaba lleno de rocas de dolor, lágrimas, desprecios, latigazos, golpes, pero en vez de Jesús cambiar el sentido de la corriente, con humildad se entregó y fluyó a través de El, el mismo poder de Dios.

En el mismo momento en que decidimos dejarnos llevar por la CORRIENTE DE DIOS, algo sobrenatural comienza a fluir a través de nosotros y nuestro bote comienza a navegar de la manera correcta.

¿Has sentido que tu vida es como un bote descontrolado que choca contra todas las situaciones de la vida? Quizás Dios está llamando tu atención para que te abandones en su CORRIENTE para que comience a fluir a través de ti, la vida de Dios... Lo más probable es que la solución de los problemas más grandes de tu vida, se resuelvan... no precisamente remando, sólo SIGUE LA CORRIENTE de Dios.

JUST SAYING!!!

Dios te bendiga,

Pastor D
David Pimentel

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