martes, 29 de noviembre de 2011

¿Qué tan Redondo Eres?

El domingo al dirigirnos a la Iglesia había una densa niebla. Iba manejando con mi esposa Yokasta y mi hija Camila, cuando de pronto me fijé en que en medio de la confusa neblina, el sol era visible. No sólo me sorprendió ver el sol, sino que me sorprendió que al mirarlo, se veía como un círculo perfecto... a pesar de que no lo es. Le comenté a mi esposa: "Wow! Mira cómo el sol se ve como un círculo perfecto."

¿Sabías que el sol no es un círculo perfecto? En éste link puedes encontrar más información.

Durante los años de alta actividad, el Sol desarrolla una "piel de melón" (no sé porqué le pusieron así...LOL), que regulariza el achatamiento del sol, de modo que a la vista: "El Sol es redondo", cuando en realidad, hay una "piel de melón" que cubre los cráteres y protuberancias. 

¿Qué tan redondo eres? Al igual que el sol, nosotros somos seres llenos de cráteres, rendijas, grietas... la vida, nuestras decisiones, las decisiones de otros... han marcado nuestra superficie dejando grandes heridas. No somos seres con una forma bonita... si se nos mira a simple vista. 

¿Qué tan redondo eres? Para aparentar cubrimos las imperfecciones con cantidades industriales de maquillaje, cirugía, ropa, perfumes, sexo, riquezas, libertinaje... pon tu el nombre... y creamos una "piel de melón" que intenta de manera fallida y ridícula de cubrir nuestras imperfecciones.

La llave a una vida luminosa son unas palabras de oración haciendo a Cristo parte de nuestra vida. La promesa es la siguiente:

2 Corintios 5:17-19

Nueva Versión Internacional (NVI)

"17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación:19 esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación."

Está disponible una "piel de melón" que SI puede y quiere cubrir nuestras imperfecciones. Es la "Sangre de Cristo". No hablo de untarnos sangre... No vayan ahora a "vampirizar" la reflexión... Hablo de reconocer el sacrificio redentor de Cristo. Hablo de estar en Cristo... Tener a Cristo... Sólo así su sangre cubrirá nuestras imperfecciones mostrándonos como "esferas perfectas", cuando en realidad no lo somos... Esto puede ser un arma de dos filos.

Si nos quedamos en la Iglesia, las personas se sentirán repelidas por nuestra "perfección" y nunca conocerán la Salvación que hemos conocido. Sin embargo, si permitimos que las personas se nos acerquen y en transparencia mostramos cómo la Sangre de Cristo cubre nuestras heridas... las personas se sentirán atraídas y querrán recibir lo que hemos experimentado.

No hablo de contarle al mundo entero tus problemas, sino desarrollar un evangelismo relacional que toque a las personas con vivencias más que con palabras. Que un grupo sepa y veas que realmente "no eres tan redondo"... Que simplemente la sangre de Cristo te recubre y hace que brilles mostrando Su perfección a través de nuestra debilidad.

¿Qué tan redondo eres?... Simplemente no importa... La pregunta realmente importante es: ¿Estás en Cristo de modo que todo en ti sea hecho nuevo? ¿Te reconciliaste con tu superficie reconociendo tus imperfecciones y permitiendo que la Sangre de Cristo cubra tus faltas? ¿Saben las personas que no eres "totalmente redondo? o ¿Inviertes mucho tiempo en que, con o sin la Sangre de Cristo, la gente te vea "más redondo" de lo que realmente eres?

¿Qué tan redondo eres? Te hacer "redondo" a la medida que te acercas a la cruz y te ves martillar los clavos en el cuerpo de Jesús... a la medida que la sangre salpica quitándole vida a Jesús... en esa misma medida, esa sangre puede caer sobre ti para cubrir tus imperfecciones.

JUST SAYING!!!

Dios te bendiga,

Pastor D
David Pimentel

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