martes, 13 de marzo de 2012

Conveniencia vs. Experiencia


Me encanta la tecnología. Estudié tecnología. Tengo bastante tecnología, pero comenzó a preocuparme la tecnología... creo que pasa con la edad. Anoche leía un libro en mi iPad y vi cuan conveniente es poder subrayar o resaltar una parte interesante, cambiar de un libro a otro y además de eso, tener toda una biblioteca en tu mano... y con el peso de un libro de tamaño normal... muy conveniente.

Luego me puse a pensar en todas las cosas que renunciamos a experimentar por nuestra conveniencia. Sólo en el caso de los libros, dejamos de sentir el olor de las páginas y la tinta, las páginas con brillo y llenas de color de un libro de texto, lo rústico de las páginas de una novelita barata, motivarte a leer por tan sólo ver el título o la imagen en la portada, construir nuestras propias imágenes como resultado de nuestra asimilación del texto, prestarle ese libro a un buen amigo para que experimente lo mismo... compartir el desarrollo de la historia y la percepción que cada uno tiene con relación a la lectura... son muchas las cosas que un iPad no puede hacer en comparación con un libro real.

"Ve y regala tu iPad" sería lo que muchos están pensando, pero lo que estoy haciendo es un análisis de las experiencias que perdemos por nuestra conveniencia... Leemos la Biblia en el teléfono... si es que vencemos la tentación de leer textos e emails... Ya casi nadie tiene una Biblia o un comentario Bíblico... Insisto... me encanta la tecnología, pero me preocupa que mis nietos, probablemente no usen libros, sino algún tipo de aparato electrónico que sea "conveniente" para la edad y etapa del niño.

De "ver para creer" hemos pasado a un "creer que veo", "creer que leo", "creer que aprendo"... ¿No nos estará pasando lo mismo con las cosas de Dios? ¿No será que estamos haciendo a Dios ¿conveniente"? ¿No será que estamos perdiendo la "experiencia" por la "conveniencia"? La experiencia de orar arrodillados, la experiencia de cantar alabanzas junto a hermanos y no junto a un público, la experiencia de salir un grupo de amigos a compartir, la experiencia de enamorarnos de personas y no de comentarios en Facebook.

Sólo puedes explicar lo que Dios hace, pero no quien Dios es. Cuando explicas lo que Dios hace, generalmente lo haces por conveniencia, pero cuando quieres explicar quien es Dios, pasas inmediatamente al campo de la experiencia.

Cuando te preguntan por un amigo, tu no dices: "Es un ser humano de género masculino, de 5 pies 4 pulgadas, pelo lacio, 180 libras, estructura ósea amplia, pigmentación oscura en la piel"... tu dices: "Es un tipo bien buena gente, ama a Dios, súper cómico y siempre hace que la gente se sienta bien alrededor de el"... todos explicamos la esencia y no la presencia... explicamos lo realmente importante y eso... sólo se logra mediante la experiencia.

Los dejo con un verso:
"No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica."

Les dejo una reflexión final: Dios no es una realidad que se explica, es una verdad que se experimenta. No busques explicar a Dios... Dios se explicará a quien realmente quiera conocerle porque El mira y conoce los corazones.

JUST SAYING!!!

Dios te bendiga,

Pastor D
David Pimentel


2 comments:

carolina dijo...

ME Encanto, Dios no es una verdad que se explica, es una verdad que se experimenta!!! :) bendiciones!

Alex Junior dijo...

Interesante, reflexión, muy buena a mi parecer... sobre todo esta parte:
"De "ver para creer" hemos pasado a un "creer que veo", "creer que leo", "creer que aprendo"... ¿No nos estará pasando lo mismo con las cosas de Dios? ¿No será que estamos haciendo a Dios ¿conveniente"? ¿No será que estamos perdiendo la "experiencia" por la "conveniencia"? La experiencia de orar arrodillados, la experiencia de cantar alabanzas junto a hermanos y no junto a un público, la experiencia de salir un grupo de amigos a compartir, LA EXPERIENCIA DE ENAMORARNOS DE PERSONAS Y NO DE COMENTARIOS EN FACEBOOK."

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