viernes, 13 de abril de 2012

¿De que me sirve ahora?


"29 Un día, cuando Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le dijo: 
30 —Dame de comer de ese guiso rojizo, porque estoy muy cansado...
31 —Véndeme primero tus derechos de hijo mayor —le respondió Jacob. 
32 —Me estoy muriendo de hambre —contestó Esaú—, así que ¿de qué me sirven los derechos de primogénito? 
33 —Véndeme entonces los derechos bajo juramento —insistió Jacob.

Esaú se lo juró, y fue así como le vendió a Jacob sus derechos de primogénito.34 Jacob, por su parte, le dio a Esaú pan y guiso de lentejas. Luego de comer y beber, Esaú se levantó y se fue. De esta manera menospreció sus derechos de hijo mayor."

Este es un pasaje donde todos nos apresuramos a juzgar. Nos preguntamos: "¿Cómo es posible que Esaú vendiera su herencia por un plato de comida?". "Teniendo un padre anciano ¿Cómo no pudo esperar a que muriera para apropiarse de su herencia?". "¿Un plato de lentejas?"...

Mi respuesta a esas preguntas es: Así de ridículo nos hace actuar el pecado... Esaú no valoró que Dios le hizo ser el  primogénito, o sea, heredero de toda la riqueza material, e incluso la riqueza espiritual... En ese momento, el hambre era más importante... Permitió que su carne le gobernara y lo más importante pasó a ser secundario: "¿De qué me sirve mi primogenitura ahora?"... Esos son 2 grandes detalles:  Primero, "¿Me sirve?" y segundo, "Ahora".

Mi reflexión para hoy es: Primero, ten cuidado de despreciar algo porque entiendas que no te sirva... sobre todo cuando sabes que viene de Dios y segundo, que algo no te "sirva" en este momento, no quiere decir que en el futuro no lo hará.

Recuerda que el tiempo de Dios no es como el nuestro y por eso, lo que a nosotros nos parece urgente, como el hambre de un momento, puede ser algo trivial y totalmente manejable para Dios... Esaú pudo haber decidido ayunar para Dios, o simplemente ir y cocinarse algo, pero decidió satisfacer inmediatamente y dar primacía a algo totalmente sujetable.

Por último, nosotros somos limitados y por eso sólo vemos el presente y el pasado... Dios ve el futuro y sabe capacitarte y equiparte con lo que El sabe que necesitarás en el futuro... Si prefieres un plato de lentejas... bueno... puede que un Jacob manipulador te robe tu bendición.

JUST SAYING!!!

Dios te bendiga,

Pastor D
David Pimentel

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