martes, 29 de mayo de 2012

¿Cómo no?... ¿Cuándo? No importa...


Hoy quiero hablarle al que se siente triste, oprimido, está endeudado, está dudando, siente que le falta... o simplemente no sabe qué siente... o sea, quiero hablarles a todos... LOL.

Este fin de semana mi esposa y yo hicimos un viaje-retiro de parejas con un grupo de amigos: Omar y Jania Pacheco, Iván y Yaritza Torres, hacia la ciudad de New York. En lo personal, llevaba en mente muchas cosas que quería hacer, cosas que ver, comida que comer, amigos que ver, atracciones que visitar, muy buenos amigos con quien compartir y una bella esposa con quien disfrutar de la vida... sólo porque si.

Dios tenía otros planes... Puede hacer todo lo anterior... No vayan a pensar que la Estatua de la Libertad se hundió o algo así... pero Dios tenía algo más... digamos "la milla extra".

Salimos el viernes en la tarde, pero no sin antes que el enemigo de mi alma tratara el jueves de sacarme de mis casillas con una de "esas llamadas"... de las que te roban la paz, hieren tu orgullo e intentan sofocar tu alegría... Sé que saben cuales son esas llamadas... pero no sólo el jueves, sino el viernes también.. pero además el sábado mientras navegábamos en un barco hacia la Estatua de la Libertad... La tercera llamada me desarmó... ya no me quedaban opciones... "exactamente" dijo Dios...

Cuando traté de "resolver" mi problema con el teléfono y escribir un texto más... Dios me hizo levantar los ojos... Vi la ciudad... Vi la construcción de las substitutas de las desaparecidas torres, la legendaria estatua, el gran puente... y entonces vi el cielo... amplio, majestuoso, lleno de posibilidades, el mar profundo física y emocionalmente... aves, nubes, la brisa... Dios no "estaba" en el terremoto, ni en el fuego, ni en la ciudad, ni en los textos, ni en los barcos, ni en edificios preciosos, ni en los potentes helicópteros, ni en la belleza de la obra humana, ni en el poder económico, ni en mis fortalezas personales... Dios estaba en lo amplio del cielo, en la profundidad del mar, en la belleza de las aves, en lo apropiada de la brisa... Entonces Dios me habló con una porción de su preciosa Palabra...

1 Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan; 2 porque él la afirmó sobre los mares, la estableció sobre los ríos.

Luego de que mis labios inevitablemente dejarán que esos versos se escaparan de mi alma como un suspiro... Entendí... y nació esta reflexión... "¿Cómo no?... ¿Cuándo? No importa..." 

Sentí como Dios me decía en la quietud de mi alma, en medio de un terremoto de pensamientos, en la tormenta en mi debilidad: "¿Cómo no te voy a suplir? ¿Cómo no te voy a acompañar? ¿Cómo no te voy a ayudar a salir? ¿Cuándo? Eso no importa... Sólo busca disfrutar de mi presencia en todo momento, lugar y situación... Lo demás... es cosa mía... Recibe paz... Yo Soy..."

Mi reflexión para hoy es que no permitas que el ruido de los problemas, silencie el silbido de la brisa porque Dios todavía podría susurrarte vida, paz, salvación, esperanza, restauración, visión, propósito... El todavía se encuentra en lo simple y bello de la brisa... 

El está contigo... Ahora, cuando murió esa persona, cuando robaron tu inocencia, cuando marcaron con sobrenombres, cuando aquel amigo te traicionó... El estuvo allí no como espectador, sino como fiel amigo... No estuviste solo y que Dios haya estado allí, no lo hace sádico, sólo lo hace consciente de lo que pasaste para que cuando te susurre... saber qué decirte... Todo puede comenzar a mejorar y Dios puede re-establecerte... ¿Cómo no?... ¿Cuándo? No importa... ¿Dónde? En su presencia...

JUST SAYING!!!

Dios te bendiga,

Pastor D
David Pimentel

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