viernes, 9 de noviembre de 2012

La Bendición de Dios o El Dios de la Bendición

Debo confesarles que esta mini-serie ha bendecido mucho mi vida. Ver a un joven como José mantener sus ojos puestos en Dios y serle fiel.

Al inicio vemos cómo una aparente maldición de esclavitud provocada por su don de soñador y ser especial para su padre, fue convertida en la bendición para toda su familia y para el establecimiento de la voluntad de Dios mediante el establecimiento de Israel como nación. Lamentablemente, el pueblo se acomodó y aquella bendición se convirtió en maldición de esclavitud. 

Por la fidelidad de José, todo su alrededor fue bendito, aún cuando en momentos llevaba en su carne las cicatrices que deja el don de Dios. José no le sacó provecho a su don, sino que usó su don para el provecho de todos. Cuando fue necesario, José usó su don y eso hizo posible que la bendición de Dios fluyera para todos.

José no alquiló una oficina para interpretar sueños. Eso hubiera sido un negocio rentable, sobre todo en una ciudad pagana como la Egipcia. Sólo me imagino las justificaciones baratas: "Dios te dio ese talento para que le saques provecho"... Pero, no lo hizo y se mantuvo fiel a Dios y fue Dios quien lo puso en gracia con todos. 

¿Cómo está la Iglesia usando su "don" en medio de la sociedad? ¿Estamos usando el don para autobendecirnos o usamos el don para bendecir el entorno? Ya que somos un pueblo especial, elegido y protegido por Dios, ¿Extendemos esos "beneficios" sobre las personas que nos rodean?

Hay grupo de súper héroes muy especial llamado los "4 Fantásticos".  Los 4 Fantásticos adquirieron sus habilidades superhumanas después de que el cohete experimental diseñado por el científico Reed Richards atravesara una tormenta de radiación cósmica en su vuelo de prueba. Al aterrizar, los cuatro pasajeros de la nave descubrieron que habían sido transformados y que poseían nuevas y extrañas habilidades. Éstas sugieren una relación entre los poderes de cada uno de los integrantes del grupo con los antiguos cuatro elementos de la naturaleza: tierra (La cosa o la mole), aire (Sue Storm, la mujer invisible), agua (Dr. Richards, por la fluidez de su cuerpo), y fuego (La antorcha humana).

Hay una dinámica bien cómica en medio de esta "súper familia". Johnny Storm (La antorcha humana), entiende la adquisición de estos poderes como lo mejor que le ha sucedido y comienza a ABUSAR de esos poderes para atraer la atención de mujeres, la prensa y realizar actividades que le den fama personal. 

Por otra parte, para Ben Grimm (La cosa o la mole), estos poderes son una desgracia ya que pierde su esposa por la apariencia física que adopta. Se frustra. Quiere desaparecer, pero su aspecto áspero y poco "ocultable", no le permite pasar desapercibido. 

Siento que la Iglesia está tomando una de esas dos actitudes. Por un lado está la "Iglesia Antorcha Humana" que llena los asientos de su congregación por medio del show y de atraer gloria para si misma, a través de mil tretas. Mientras que por el otro lado, está la "Iglesia Cosa" o "Iglesia Mole", donde ser cristiano es una carga... no hay gozo... hay fuerza y fervor, pero es el miedo y el aislamiento lo que caracteriza su día a día.

José tomó la actitud de Sue Storm (Mujer Invisible) y Reed Richards (Hombre Elástico), quiénes asumieron el rol de hacer un equipo para que la sociedad fuera beneficiada por esta nueva realidad, don o maldición que ellos experimentaban. La Mujer Invisible creaba campos de viento que contenían las bromas de la Antorcha Humana contra La Mole, mientras que el Hombre Elástico contenía a la Mole para que no matará a La Antorcha Humana.

Mi mayor reflexión en esta mini-serie ha sido que Dios nos bendice con la intención de que nuestras individualidades se unan en una Iglesia poderosa, desafiante, impactante y comprometida con su entorno. Veo la ineficiencia e ineficacia en casi todo lo que las Iglesias hacen por la falta de unidad y la increíble y ardua competencia que guarda con quienes deberían ser sus aliados.

Iglesia, y no hablo sólo a la institución, hablo a cada persona que ha confesado a Cristo como su Señor y Salvador, es tiempo de que dejemos de buscar lo que nos desune escondiéndonos tras lentes ridículos de un Peter Parker asustadizo y débil. Ridiculizamos el nombre de Cristo al ocultar el súper poder transformador que puede tener la Iglesia como cuerpo de Cristo, bajo el sombrerito tonto y los gruesos espejuelos de un Clark Kent que sólo representa amenaza para si mismo.

Es tiempo de que cada cristiano invierta el tiempo necesario en encontrar cuál es su llamado en la tierra y con ojos puestos en la cruz de Cristo, se una en compañerismo estratégico con todos los hermanos de otras Iglesias. Es el momento de dejar de buscar en qué somos diferentes y comenzar a usar como palanca lo que tenemos en común. 

Es la única manera en que podríamos dar toda gloria a Cristo. José los hizo. Abrazo su don, fue fiel y por su fidelidad y la gracia de Dios, protegió sin saber, la misma simiente de donde nacería la salvación del mundo en Jesucristo. 

¿Qué esperas? Deja de perseguir la bendición de Dios y abraza el Dios de la bendición. Juntos podemos ganar miles para Cristo.

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