jueves, 24 de enero de 2013

La Historia más Bella

Érase una vez un hombre que habiendo nacido de una virgen, fue el cumplimiento de cientos de profecías. Mientras crecía, su sabiduría era cada vez más asombrosa y era demostrada de manera sostenida en sus visitas a la Sinagoga.

Habiendo crecido, el ahora hombre, Jesús caminó por los pueblos predicando un mensaje "diferente"... "Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo." ¿Cómo se atrevía a reducir todas las Escrituras a dos mandamientos? ¿Cómo se atrevía a obviar aún los otros 8 mandamientos dados por Dios al pueblo?

En Su caminar, hizo señales y prodigios, identificándose más con el Mesias esperado. Los sordos oían, paralíticos caminaban, muertos resucitaban... Era un gran profeta... ¿O era alguien más? El se autoproclamó Hijo de Dios y en dos ocasiones el cielo habló para confirmarlo.

Los celos religiosos llevaron a este hombre a la muerte. Muerte atroz y salvaje, pero sobre todo injusta. Otras profecías se cumplían en su cuerpo con cada latigazo, cada clavo fueron acentos, hasta que una lanza en el costado puso el punto final.

Lo problemático no era que el mismo Jesús había dicho que lo matarían... Lo problemático es que Jesús dijo que resucitaría al tercer día de acuerdo con las profecías.

Y así fue. Se levantó de entre los muertos y junto a El, levantó un nuevo grupo... un nuevo tipo de personas. Prostitutas, huérfanos, viudas, ladrones, engañadores... un grupo de nadies. Grupo reconocido porque vivían de acuerdo a aquellos dos mandamientos: "Ama a Dios sobre todo y a tu prójimo como a ti mismo".

Como cumplimiento de la promeda de Jesús, el confirmado Hijo de Dios, enviaría a el mismo Espíritu Santo de Dios para que viviera en cada uno de los que le reconocían como Señor y Salvador. Y así fue, en medio del vacío de Su "ausencia", Dios rompió los cielos mandando Su Santo Espíritu y depositando en este grupo el mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos.

Muertos resucitaban, enfermos fueron sanados, pero sobre todo, el olvidado fue encontrado, el marginado amado y los más pequeños adoptados. La gracia de Dios se mostraba en un perdón increíble... como el de Jesús. Fueron llamados cristianos y esto se decía de ellos.

Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos de los hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: "Esos que han trastornado al mundo han venido acá también; 

Dicen, que todavía queda un gupo de ellos inflitrados en la sociedad. Agentes de un Reino subversivo que transtorna la sociedad y atrae cada vez más seguidores.

Todavía hoy podemos hacerlo. Todavía la tumba de Jesús está vacía. Todavía el Espíritu de Dios está en nosotros. Todavía Dios es muestro Padre.

"Amemos a Dios sobre todo y al prójimo como a nosotros mismo." Jesús (Mateo 22:37-40 NBLH).

JUST SAYING!!!

Pastor D
David Pimentel

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