martes, 5 de noviembre de 2013

Gracia que da Gracia

Dejaron parte del rastro de pintura en el piso para que Camila, mi hija de 4 años, me contara lo que sucedió. Camila corrió hacia mi, me abrazó y me dio un beso. Luego se acercó a la profesora y me pidió que nos acercáramos a la mancha de pintura.

La profesora miró a Camila y le dijo: "¿Quieres decirle a papi lo que sucedió o quieres que yo le diga?" Camila dijo: "Yo le digo".

Camila giró su rostro con vergüenza y se notaba que trataba de decirme, pero que no se atrevía. Entonces le dije: "Mi amor, sea lo que sea que hayas hecho, te voy a perdonar y te voy a seguir amando, aunque tenga que castigarte."

El rostro de Camila se iluminó, sonrió y me contó lo sucedido con un poco de ayuda de su profesora. La maestra me pidió con su mirada que no la castigara, pero ya había decidido darle a Camila "Gracia que da Gracia", y no habría más consecuencia que ayudar a la profesora a limpiar. Esa noche mi esposa Yokasta se asombró de cuántos besos y abrazos me dio Camila toda la noche... Jugamos... Y al final de la noche, se durmió rápido y en paz.

Hay más de un acusador que cuando cometas un error, o aún cuando decidas actuar mal, te dirá: "Se lo digo yo o se lo dices tu"... Más de una persona te hará pensar que lo que hiciste es demasiado grande... Más de una persona te dirá: "mira el desastre de pintura que tienes en tus pies"... "Mira cuanta pintura has derramado"... Jesús dirá: "Ven a la cruz y mira el piso... Yo lo he cubierto con mi sangre y he cubierto tu desastre..."

Jesús en la cruz, nos miró y nos dijo: Sea lo que sea que hayas hecho, te voy a perdonar y te voy a seguir amando, aunque tengas consecuencias por lo que hiciste. Nada de lo que hayas hecho me tomará por sorpresa pues Yo lo sé todo. Me causará dolor, pero te causará más dolor a ti. Por eso te invito a que vengas y me digas ¿qué pasó? No para que me informes, sino para que vuelva mi luz a tu rostro y vuelvas a sonreír.

Tal y como Camila, hoy mira a Tu Padre celestial y dile lo que pasó. Es la belleza del Evangelio y lo precioso del sacrificio de Jesús: Nadie tiene que ir por ti a acusarte o a interceder... Tienes libre acceso... La decisión es tuya... En tus manos está que comiences a recibir la "Gracia que da Gracia".

Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.

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