viernes, 22 de noviembre de 2013

Lo que Deseo y lo Que Necesito

Camino a la casa desde la escuela de mi hija Camila, me detuve y le compré un donut... a ella le fascinan y al ver que entré al lugar, me dijo: "Papitoh, muuuy bien. Te estás portando muuuy bien." Me giré sonriéndome y le pregunté: "¿Te gusta que yo sea tu papitoh?"... Me dijo: "Si." Le pregunté: "¿Porqué?... No esperaba su respuesta... Me dijo: "Porque eres un hombre de Dios que te preocupas porque mami y yo estemos bien. Nos cuidas, provees para nosotros todo lo que necesitamos y además eres un hombre muy hermoso y galán"... NAH! No me contestó eso, pero hubiera sido chévere... Jajajaja...

Camila me respondió: "Porque eres chistoso y juegas conmigo playdough (masilla) y casa de muñecas."

Tremenda lección... ¿Cuántas veces le he dado gracias a Dios por lo que deseo y no por lo que necesito? Pedimos, pedimos y pedimos... y muchas veces recibimos, pero sólo agradecemos aquello que deseábamos recibir, pero aquello que Dios nos da... de manera regular... de manera constante... aquellas cosas "pequeñas"... lo común y cotidiano, pero que nos mantiene vivos... no lo agradecemos de manera regular... y muchas veces no lo hacemos de corazón.

Camila me hizo recordar que esas peticiones "especiales" que tenemos... las que hablan de lo que deseamos... en el caso de Camila, una muñeca o un juguete... en nuestro caso, un novio... un trabajo... concentramos nuestras oraciones en petición y no conexión... La Biblia dice:

8 No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.

Pero, "si Dios conoce lo que necesitamos, ¿para qué orar?"... es una de las preguntas que más me hacen... y revela por definición la real motivación para orar... La oración es para conectar, no para demandar.

Para Jesús, la oración debe verse algo como esto:

7 »Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso. 8 No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.

9 »Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo: Que todos reconozcan que tú eres el verdadero Dios. 10 Ven y sé nuestro único rey. Que todos los que viven en la tierra te obedezcan, como te obedecen los que están en el cielo. 11 Danos la comida que necesitamos hoy. 12 Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos hacen mal. 13 Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos del poder del diablo.”

Si al final, te quedas sólo esperando recibir, pero sin conexión... habrás mal utilizado el recurso más maravilloso que Dios nos regaló, porque la oración no es para petición, es para conexión.

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