lunes, 9 de diciembre de 2013

Congelados

Debo confesar que amo los dibujos animados de Disney. Siempre tienen lindas historias y, por lo general, tienen una gran enseñanza de fondo.

Este sábado, mi esposa Yokasta, mi hija Camila y yo fuimos a ver "Frozen" (Congelado)... Dios mío... Fue como ir a la Iglesia... o mejor, en algunos casos... Jajaja... Hubo risas, abrazos, lágrimas y de seguro, un gran mensaje: "Only an act of True Love can thaw a frozen heart" (Solamente un acto de Amor Verdadero puede derretir un corazón congelado)... Y yo grité: Ameeen!!!! ... Bueno, no tanto, pero mi corazón saltó. Ese es el Evangelio: Un Acto de Amor Verdadero que puede derretir el corazón más congelado.

Es la historia de dos princesas... Ana, la valiente hermana mejor, emprende el viaje en busca de su temerosa hermana mayor Elsa, la nueva reina, la cual había congelado todo su alrededor al activar, de manera involuntaria, sus poderes para congelar, empujada por el miedo.

No les voy a contar la película, pero lo que más me gustó de la película es que "el acto de amor verdadero", no fue el del hombre enamorado y entregado... "el acto de amor verdadero" provino de una persona que no tenía nada que ganar, más bien perder al hacerlo... 

Meditaba en cómo el miedo... la vergüenza... nos llevó, no sólo a congelarnos a nosotros mismos... sino que tenemos la apariencia de estar vivos cuando en realidad somos estatuas sin vida... y "Solamente un acto de Amor Verdadero puede derretir un corazón congelado"...

El sábado Dios me llevó al cine a recordar el Evangelio a través de unos dibujos animados... El sábado Dios usó al "diabólico Disney" (como le dicen algunos), para volver mi corazón a la cruz... En la cual el Rey mismo, en Jesús, entrega su vida en sacrificio de amor por nuestro rescate... 

Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.

En una cruz cruel, gotas de amor... amor verdadero... se derramaron para correr... correr hacia ti y hacia mi... sangre con la temperatura correcta para descongelar nuestro corazón... congelado por el miedo... miedo que nos llevó a tener la apariencia de estar vivos, cuando realmente estábamos paralizados... muertos...

Dejemos de tratar de movernos en nuestra frialdad... Tratando de ganar lo que es un regalo... Dejemos de imponer e imponernos cargas y penitencias para pretender merecernos lo que no nos corresponde... Dejemos de hacer "actos de amor" pretendiendo descongelar el corazón de Dios en nuestro favor... Recordemos, que El está vivo y nosotros... congelados... muertos...

Dejemos que la gracia de Dios nos abrace y derrita nuestra rigidez... Entendamos que: "Solamente un acto de Amor Verdadero puede derretir un corazón congelado"... y ya ese acto fue realizado por Jesús... Lo único que resta hacer es dejar que el calor del amor de Dios de vida a nuestras vidas... y que ese calor, nos lleve a calentar a otros que aún siguen congelados.

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