jueves, 24 de abril de 2014

Abierto 24 Horas

Era tarde, estaba cansado y mi embarazada esposa Yokasta y mi hija Camila tenían hambre. Me dije a mi mismo: "Mi mismo, compra algo de camino porque vas a terminar muy tarde de cocina y las mujeres tienen hambre y sueño"... Averigüé qué comer y entre a un lugar. Hice la orden y cuando me acerqué a la ventanilla a pagar, oí que la joven llamó a alguien y se acercó un supervisor. La mujer dijo: "Comida gratis" y yo pensé: "Gracias Dios por el maná del siglo 21"... Luego la supervisora le dijo con tono despectivo: "Pero sale de tu cheque"... Entonces dije: "Abusadores"...

Le pregunté a la joven, que debe tener unos 18 ó 19 años: "¿Qué pasó?"... Me dijo: "Su comida es gratis porque no se la cobré"... Le dije: "Pero tú vas a pagarla"... Ella dijo: "Está bien"... Le dije: "Pues no es gratis. Tú vas a pagar mi comida"... Le pregunté cómo podíamos resolverlo y me dijo que no me preocupara...

Todo iba bien mientras la gran cadena multinacional de comida rápida me estaba regalando una comida... Todo cambió cuando una jovencita que, probablemente trabajaba ese turno tan tarde para poder financiar sus estudios me regalaba forzosamente una comida que le costaría lo que le pagarían por 3 horas de su trabajo...

¿Sabías que la Salvación es gratis pero costó muchísimo? ¿Sabías que la Gracia que es libremente otorgada es el regalo mas costoso que hemos recibido? ¿Estás consciente que todo regalo representa un sacrificio de una de las partes?

Anoche entendí que la posibilidad de hablar con Dios cada día no es un error, ni es un regalo sin costo... El simple hecho de que Dios me mire y me escuche, fue comprado a precio de sangre por su hijos Jesús y por su obediencia, Dios nos abraza y nos hace obedientes... Por su rectitud, Dios toma nuestras torceduras para enderezarlas en un abrazo eterno... Por su amor, hemos sido amados... Sin entenderlo... Sin explicarlo... Sólo aceptándolo... ¿Gratis? Si, pero no para Jesús.

Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.

Anoche, mientras conducía me preguntaba si debía aceptar esa "bendición" de Dios... Alguien pagaría nuestra cena en medio de la crisis económica más fuerte que hemos experimentado como familia... Entonces decidí bendecir... Porque aunque la jovencita no me "bendijo", estuvo dispuesta a perder porque fue su error... Fuí a un cajero y retiré el dinero, regresé al establecimiento y ella corrió a la ventanilla, su rostro se transformó cuando vio que extendí la mano con el dinero efectivo... Sus ojos brillaron... La gracia había hecho su trabajo nuevamente... El Evangelio de Jesucristo me había hecho amar y hacer por alguien lo que hubiera querido que hicieran por mi... O como lo pensé, por Camila si estuviera en esa situación... La joven preguntó: "¿Porqué volvió?"... Le dije: "Porque es lo correcto y a mi nadie me hace pagar por mis peores errores..."

Es fácil recibir el regalo de la Salvación, pero ofrecerlo es sumamente costoso... Y precisamente nuestro trabajo es extender esa Gracia y Salvación que hemos recibido... De gratis, sin prejuicios, sin condiciones... Recordando que Jesús murió para perdonarnos aún antes de que hubiéramos pecado en Su contra, diciéndonos: "Los amo tanto que mi amor los acercará antes de que puedan alejarse... Los amo tanto que los perdonaré antes de que me ofendan... Los amo tanto que la relación nunca se rompe de mi parte y la puerta siempre está abierta para que regreses a casa..."

No hables de Gracia... Sé gracia... No hables de Salvación... Sé Salvación...

Y si aún no conoces a Jesús... Sus brazos y su amor y su corazón siguen abiertos 24 horas para ti...

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