lunes, 20 de octubre de 2014

El Desánimo

Estás conmigo... Te puedo sentir... Me pesan los pies y me pesan los deseos... Mi mente pelea por concentrarse, o más bien por desconcentrarse... por volar lejos... partir de la realidad partiendo la realidad... siento los hombros pesados... es como si mis manos pudieran casi tocar el piso mientras que mi cabeza quisiera despegarse del cuerpo... en todo caso ya mis pensamientos han perdido toque con la realidad... Regresas y regresas... Tu visita no es bienvenida, pero no te anuncias... sólo llegas... No hay manera de prepararme para tu llegadas... Me rompes la paz y me regalas ansiedad... Sacudes mis pies con dudas resbalosas... No tengo donde ir porque no hay lugar donde no estés... El mundo se hace pequeño y pesado... Quejumbroso tropiezo entre fracasos, potencial... 

Es ahí donde llegas... no tu, desánimo... pero Jesús...

Me haces saber que mis sentimientos son importantes, pero no son lo primordial porque ellos responden a nuestras mentes y no al revés... y es cuando nuestras mentes comienzan a responder y dirigir nuestras vidas de acuerdo a nuestros sentimientos, cuando comenzamos a permitir que el desánimo nos sobrecoja... El desánimo es el cansancio del corazón... Es cuando cansado de tratar, nuestro corazón tropieza entre tropiezos...

Debo seguir informando mi mente para que ella pueda administrar realidad a mi corazón y que este lata acorde a la verdad y no conforme a mis deseos... porque mis deseos están confundidos... Una vez la verdad empape mi corazón, mis deseos y sentimientos serán cambiados... entonces... y sólo entonces, podrán mis sentimientos influir positivamente mi vida...

Pero es pasajero... El desánimo durará tanto como queramos y tardará en regresar tanto como decidamos... Siempre tendremos sus visitas, pero sólo entrará a nuestras vidas cuando se lo permitamos... Se te filtra en el alma, examina tus anhelos y te siembra la sensación de que tus anhelos debieron haberse cumplido hace tiempo... El desánimo se te anida en el "debo tener" y no te deja ver el "tengo"... Se te ancla en lo que esperas y no te deja vivir lo que ya llegó... Te le pone fecha caducada a lo que viene y borra del paisaje lo que llegó...

No te desanimes... Y si te sientes desanimado... Sacúdete... Cambiemos "Mi milagro viene" por "Mi milagro vino"... Dejemos de buscar propósito, esperanza y perdón en el futuro cuando en realidad están en el pasado colgados en una cruz... 


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Ven y hagamos vida juntos... Seamos la Iglesia...

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